Federico García Lorca: Visionario Musical
Flamenco-Jazz-Son
Luis Raul Montell
Federico García Lorca (nacido el 5 de junio de 1898, Fuente Vaqueros, provincia de Granada, España; fallecido el 19 de agosto de 1936, entre Víznar y Alfacar, provincia de Granada) fue un poeta y dramaturgo español que, en una carrera que duró tan solo 19 años, resucitó y revitalizó las corrientes más básicas de la poesía y el teatro español. Es considerado el autor más famoso de la literatura española del siglo XX. Es conocido principalmente por sus obras andaluzas, entre ellas los poemarios: Romancero Gitano (1928) y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), y las tragedias: Bodas de Sangre (1933), Yerma (1934) y La Casa de Bernarda Alba (1936). A principios de la década de 1930, Lorca contribuyó a inaugurar una segunda Edad de Oro del teatro español. Fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento nacionalista en los primeros meses de la Guerra Civil Española.
Desde muy temprana edad, Lorca estuvo relacionado con el flamenco. En su casa de Fuente Vaqueros oía los cantes y el zapateo del arte jondo; aprendió canciones populares relacionadas con las tareas agrícolas y con las fiestas del campo. La formación musical de Federico nace de la mano de su madre y su tía Isabel, y el con gran talento musical: cantaba, acompañado de la guitarra con gran afinación y una voz delicada. También su abuelo Baldomero García, era gran aficionado al flamenco, así como de canciones populares andaluzas.
Esto despertó en el joven Federico un gran interés por la cultura musical de la época, convirtiéndose lo popular en determinante en la obra del poeta. Federico García Lorca asume lo popular como esencia y lo engrandece a través de su propia creación artística. Los inicios de la relación de Lorca con el flamenco y los cantes populares dejan su marca en poemas que posteriormente serán utilizados en Poema del Cante Jondo y en Romancero Gitano.
Contando Federico con diez años de edad, su familia decidió mudar su residencia a Granada, en la que Lorca asistió a un instituto privado y laico, además de a una escuela pública católica. Posteriormente se matriculó en la Universidad de Granada, pero fue un estudiante desventurado, conocido sobre todo por su extraordinario talento como pianista. Tardó nueve años en completar su licenciatura y a pesar de tener en sus planes en convertirse en músico y compositor, se dedicó a la escritura al final de su adolescencia.
Federico comienza en 1909 su formación musical de la mano del pianista profesional y organista de la catedra, Eduardo Orense. Posteriormente, inicia su amistad con Manuel de Falla, que se instaló en Granada enamorado del romanticismo de la ciudad y de la Alhambra. Falla estaba investigando la tradición musical española, adaptándola e introduciéndola en su obra, como en Amor brujo. Lorca en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde estudió derecho, conoció a personajes del mundo cultural de la época como Salvador Dalí, Luis Buñuel, Pedro Salinas y Maruja Mallo.
Pero, sin duda, su gran trabajo investigador llega de la mano de Ramón Menéndez Pidal. En 1920, éste llega a Granada e inicia a Federico a tomar notas de los romances orales, que seguían vivos entre los gitanos de la ciudad. Este contacto con los gitanos de los barrios de San Cristóbal y del Albaicín de Granada, hacen que Lorca se interese por el cante jondo y comience su propia investigación en este arte que lo llevará a escribir “Poema del Cante Jondo”.
En definitiva, el interés que Lorca presentó por el flamenco a lo largo de su vida lo llevó a inspirarse de este arte, así como diversos artistas del cante y el baile han seguido a este poeta para la realización de sus obras.
Aunque el flamenco puro, original, tiene su sonido rítmico y percusivo en la guitarra o toque, Lorca hizo ensayos con el piano, lo que ya constituía un hecho de evolución, para otros vulneraba ‘las reglas’ del flamenco.
Lorca comenzó a experimentar con versos cortos y elípticos inspirados en la canción popular española, el haiku japonés y la poética vanguardista contemporánea. Escribió una prodigiosa serie de poemas breves organizados en ‘suites’ temáticas, recopilados y publicados posteriormente en 1983 bajo el título “Suites”. En 1922, Lorca colaboró con el eminente compositor andaluz Manuel de Falla, antes mencionado, en un festival de cante jondo (‘canción jondo’) en Granada. Esta iniciativa avivó el interés de Lorca por la canción popular andaluza, y en un arrebato de inspiración, escribió una serie de poemas basados en canciones de los gitanos andaluces. Aún más condensado que las “Suites”, el “Poema del Cante Jondo” (escrito entre 1921 y 1925, publicado en 1931) ofrece una síntesis radical de lo tradicional y lo vanguardista. Esta serie marcó el surgimiento de Lorca como poeta maduro.
A instancias de Dalí, el poeta comenzó a experimentar con mayor audacia con las corrientes vanguardistas del mundo artístico, en particular el surrealismo, aunque se negó a alinearse con ningún movimiento. En poemas como "Oda a Salvador Dalí" (1925-26), “Canciones” (escrita en 1924, publicada en 1926) y una serie de poemas en prosa abstrusa, Lorca buscó crear una poesía más objetiva, desprovista de sentimientos privados y de los ‘planos de la realidad’. Se unió a sus contemporáneos en la exaltación de Don Luis de Góngora, un poeta español del siglo XVI conocido por sus versos desapasionados y densamente metafóricos.
Mientras tanto, Lorca continuó explorando la tradición popular española en sus obras “La Zapatera Prodigiosa” (escrita en 1924, estrenada en 1930), una farsa clásica, y “El amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín” (escrita en 1925, estrenada en 1933), esta última en cinco obras: comedias y tragicomedias, una tragedia grotesca extraída parcialmente de una tira cómica española del siglo XVIII. Ambas obras revelan temas comunes a la obra de Lorca: lo caprichoso del tiempo, el poder destructivo del amor y la muerte, los fantasmas de la identidad, el arte, la infancia y el sexo.
En 1928, con el apoyo de Dalí, Lorca expuso públicamente sus dibujos. Dibujante de gran talento y dotado de una asombrosa imaginación visual, Lorca produjo cientos de bocetos a lo largo de su vida.
La publicación en 1928 del “Romancero Gitano” (escrito entre 1921 y 1927), una serie poética inspirada en el romance o balada tradicional española, catapultó a Lorca a la fama nacional. Una evocación lírica del mundo sensual del gitano andaluz, la colección cautivó a los lectores españoles, muchos de los cuales confundían a Lorca con un gitano. La primera edición del libro se agotó en un año. A lo largo de las 18 baladas de la obra, Lorca combina modos líricos y narrativos de maneras innovadoras para crear lo que él mismo describió como un trágico ‘Poema de Andalucía’. Formalmente, los poemas adoptan las convenciones del romancero medieval español. Su ingenio, objetividad y novedad metafórica, son atrevidamente contemporáneos.
Decía Federico García Lorca en su “Teoría y Juego del Duende”: “Todas las artes son capaces de ‘duende’, pero donde encuentra más campo, como es natural, es en la música, en la danza y en la poesía hablada, ya que estas necesitan un cuerpo vivo que interprete, porque son formas que nacen y mueren de modo perpetuo y alzan sus contornos sobre un presente exacto”.
Manuel Torres, el hombre de mayor cultura en la sangre que he conocido, dijo Lorca, escuchando al propio Falla su “Nocturno del Generalife”, esta espléndida frase: “Todo lo que tiene sonidos negros tiene duende”. Y no hay verdad más grande.
Estos sonidos negros son el misterio, las raíces que se clavan en el limo que todos conocemos, que todos ignoramos, pero de donde nos llega lo que es sustancial en el arte. Sonidos negros dijo el hombre popular de España y coincidió con Goethe, que hace la definición del ‘duende’ al hablar de Paganini, diciendo: “Poder misterioso que todos sienten y que ningún filósofo explica”.
La repentina fama de Lorca destruyó su privacidad. Seguidamente tuvo profunda crisis espiritual, que lo sumió en una complicada depresión. Buscó tanto liberación como nueva inspiración visitando Nueva York y Cuba entre 1929 y 1930.
Ya el flamenco puro lo lleva Lorca en su corazón y en la conciencia por toda su vida. La poesía de Lorca incorpora a menudo elementos musicales, como en sus "Suites" y "Sonata", y también escribió poemas sobre música, como "Poema del cante jondo".
Como consecuencia de este vínculo del poeta granadino con lo ‘jondo’, el mundo del flamenco se ha visto siempre atraído por los textos de Lorca. Este interés nace con la grabación de canciones populares por parte de ‘La Argentinita’ junto al propio Federico, algunas de las cuales fueron adaptadas posteriormente por Pepe Marchena o ‘La Niña de los Peines’. Pero los artistas que más han bebido de la fuente lorquiana son, indudablemente, Enrique Morente y Camarón de la Isla.
Camarón adapta varios poemas de Lorca en “La Leyenda del Tiempo” (1979) tomo poemas del “Romancero Gitano”: “Mi Niña Se Fue A La Mar”, “Romance del Amargo”, “Homenaje a Federico”, “Nana del Caballo Grande” y el del título del disco. Así acercaba Camarón los versos del poeta al flamenco, al que estuvo siempre íntimamente vinculado. Siguiendo la tendencia, en “Soy Gitano” se incluyen “Romance de Thamar” y “Amnón”, “Casida de las Palomas Oscuras” y una nueva versión de la “Nana del Caballo Grande”.
En el mundo del flamenco, los reconocimientos más recientes como el álbum "Enloquecido" (2018) del también español Miguel Poveda han puesto el foco en la obra de Lorca: en él se alternan letras de distintos poemarios entre las que destaca la composición "No me encontraron". Igualmente, Silvestre Revueltas: "Homenaje a Federico García Lorca" (1936); Estrella Morente: "Lorca" (1998) y "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" (2010); Graciela Jiménez: "Amor oscuro"; Ginesa Ortega y Josep Pons: "Canciones españolas antiguas"; Luigi Nono: "Tres epitafios para Federico García Lorca"; Estrella Morente y Javier Perianes: Encuentro Manuel de Falla y Federico García Lorca; Zorongo: Omaggio a García Lorca; La Luna Grande: Homenaje a Federico García Lorca.
Este 19 de agosto se cumplen 89 años de una de las más conocidas tragedias de la Guerra Civil española (1936-1939): el asesinato del poeta y dramaturgo Federico García Lorca, cuyo genio ha sido reivindicado en numerosas ocasiones por músicos que se han inspirado en sus letras para sus canciones. El escritor y periodista granadino Eduardo Castro Maldonado, paisano de Lorca, se adentró en este fatal acontecimiento, ‘del poeta que más que nadie simboliza el dolor y la tragedia de la guerra civil y de la dictadura’, en su obra “Muerte en Granada: La Tragedia de Federico García Lorca” (1975).
La estancia de Lorca en Estados Unidos y Cuba dio lugar a “Poeta en Nueva York” (publicada en 1940), una serie de poemas cuyas imágenes densas, a veces alucinatorias, versos libres y preocupación temática por la decadencia urbana y la injusticia social marcan una audaz ruptura con la obra anterior de Lorca. La colección evoca a Charles Baudelaire, Edgar Allan Poe, T.S. Eliot y Stephen Crane, y rinde homenaje a Walt Whitman.
En Cuba, Lorca escribió “El Público”, una obra compleja y multifacética, de técnica expresionista. Lorca consideró la obra, que permaneció inédita hasta 1978 ‘un poema para ser silbado’.
Federico García Lorca descubrió el jazz en un momento muy complicado de su vida. En medio de una crisis vital, pero ya con cierto prestigio como poeta y dramaturgo, el padre de Federico le aconsejó que viajara. El poeta granadino consiguió una estancia en Columbia, que le permitió estar en Estados Unidos desde 1929 hasta 1930.
El granadino llega a Nueva York en medio de una depresión. Una depresión que la ciudad también estaba viviendo: acaba de suceder el crack económico más fuerte de la historia. Las consecuencias de esa crisis se veían en todas partes. La sensibilidad de Lorca hizo que pudiera absorber todo el pesimismo y la tristeza que la ciudad vivía en aquella época.
No obstante, Federico también era un hombre curioso y amante de la noche, así que además de reflexionar sobre todo ese declive, exploró la noche neoyorquina y, ahí, descubrió el jazz, una música y una cultura que le impresionó hasta llevarla a su poesía.
Al cabo de unas semanas Lorca visitó Harlem –donde junto a sus amigos frecuentaban el club de jazz Small’s Paradise–, tomando contacto con la realidad de las minorías étnicas norteamericanas y viendo el lado oscuro, amargo, de la sociedad estadounidense. Gran simpatizante de las minorías sociales –gitanos, negros, judíos–, y de las gentes oprimidas y excluidas de la sociedad del bienestar.
El jazz era una explosión de energía y de pasión, nacida en la cultura de los negros. Estaba basado en un dominio exquisito del instrumento, en la comunicación de los músicos y en la improvisación. La liberación de los sentimientos más hondos, más profundos y más salvaje, expresados a través del control más férreo de los instrumentos musicales. Así, Los mejores músicos de jazz eran personas negras que expresaban los años de esclavitud, la liberación de las cadenas o el caminar encadenados, la marginación en los barrios, la alegría o la tristeza de estar vivos… todo en una concatenación de notas perfectas, pero improvisadas, ¿cómo no iba a emocionarse el poeta de la pasión, la alegría y el dolor? .
Federico García Lorca se dio cuenta de la grandeza del jazz y lo llevó a su obra “Poeta en Nueva York”. Como sucedió con el descubrimiento del flamenco, su fascinación se tradujo en uno de los mejores poemarios de la literatura universal.
Cuando haces una revisión de la vida de Lorca hasta su llegada a Nueva York, comprendes que era lógico que se enamorara del jazz. Este género, como el flamenco del Sacromonte, nace de las almas salvajes de los marginados. Personas obligadas a vivir fuera del sistema y que no encuentran un lugar en la sociedad, gente que tuvo que inventarse una manera de sentir y de vivir ¿qué pasa cuando no tienes reglas sociales que te digan cómo sentir? Pues lo que sucede con el flamenco y con el jazz, con los gitanos y con los negros: creas algo nuevo. Esa creación, por supuesto, refleja también el rechazo de la normalidad: el dolor de ser tratado como un ser inferior. Y eso es el jazz: el grito y la risa descarnados hecha música.
Siendo un hombre de origen privilegiado en la sociedad de Granada, llama la atención cómo Federico García Lorca encuentra la libertad entre los pobres y los desterrados. Siempre fue así, allá donde fue. De hecho, cuando estuvo en la Habana, el tambor y la cultura afrocubana también le provocó la misma atraccion. Federico encontraba en aquella pasión extrema un hogar, es decir, una manera de vivir la vida que le resultaba cercana y acogedora.
En este sentido, el poeta granadino fue también un precursor del latín jazz (antes jazz afrocubano) y el flamenco jazz (subgénero del anterior mencionado) son dos estilos que cosechan éxitos por todo el mundo. En lo que se refiere al flamenco jazz, Andalucía ha seguido tomando el testigo de la mano de Federico con nombres tan importantes como Paco de Lucía. El guitarrista flamenco estuvo años girando por todo el mundo con una banda de jazz, hasta el punto de que hoy se le considera uno de los mejores músicos de la historia de España. Todo ello, a pesar de proceder de un entorno de pobreza y de apenas haber ido a la escuela. Hoy tenemos otro gitano, Diego Amador, levantando a la gente en los teatros con el flamenco jazz, la fusión está en órbita.
Federico García Lorca fue un visionario y un pionero. El poeta granadino se acercó a las vanguardias de los años 20 no porque estuvieran de moda, sino porque en su espíritu llevaba la vanguardia, el estar por delante. Supo ver la grandeza de la cultura popular, de los pobres y de los marginados y la puso en el escenario y en sus libros. Mostró a una sociedad clasista que el arte está en el alma, por lo que no depende de los grandes salones ni de los modales. Federico García Lorca supo, por tanto, dar dignidad a las personas y a su genio, por encima de las convenciones sociales.
La figura de Federico García Lorca es impensable sin la música, me recuerda a Gabriel García Márquez (ambos genios de la literatura hispanoamericana en distintas épocas llevan hasta el mismo apellido, amantes de la música). El poeta universal granadino era músico por formación y por vocación. Para Federico, la música era un canalizador de emociones y de ideas incomparable. Esto explica que, en su viaje a Nueva York, encontrara la alegría en el jazz, en la música de los negros, cuya pasión y libertad chocaba con la tristeza que le llevó al continente americano.
A finales de abril de 1930 pasó unos días en Santiago de Cuba, repitiendo su conferencia “La Mecánica de la Poesía” en la Escuela Normal para Maestros. Allí escribió su único poema durante su estancia en la isla, “Son de Negros en Cuba”, incorporado a “Poeta en Nueva York”. Asimismo, en Cuba escribió Lorca su obra de teatro “El Público”, donde pretendía romper las barreras entre escenario y realidad, entre actores y espectadores, y que por su tono angustiado contrasta con la aparente felicidad de su estancia en la isla. El 12 de junio de 1930 Lorca abandonó Cuba de vuelta a España.
Federico García Lorca se sintió profundamente atraído por la cultura cubana, especialmente por su música folclórica, incluyendo el "son", y lo plasmó en su obra, como en el poema "Son de negros en Cuba".
“Son de Negros en Cuba” (Son de Santiago de Cuba)
Cuando llegue la luna llena
Iré a Santiago de Cuba,
Iré a Santiago, 8
En un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago.
Cuando la palma quiere ser cigüefla,
Iré a Santiago.
Y cuando quiere ser medusa el plátano,
iré a Santiago.
Iré a Santiago
con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.
Y con la rosa de Romeo y Julieta
iré a Santiago.
¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.
¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.
¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco!
Iré a Santiago.
Siempre he dicho que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago. 9
Mi coral en la tiniebla,
iré a Santiago.
El mar ahogado en la arena,
iré a Santiago,
calor blanco, fruta muerta,
iré a Santiago.
¡Oh bovino frescor de calaveras!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.
https://youtu.be/PFac5YCjsd4?si=U_udRj0aKzMVunDh
https://youtu.be/2lWppMRMgyI?si=6q9AtcsIEVFoVu96
La musica a este cordial poema de Garcia Lorca la compuso el Maestro del Jazz Latino Michel Camilo.
El "Son" cubano género musical autóctono de la Isla, que fusiona ritmos africanos con influencias españolas, fascino a Lorca considerándolo como un reflejo de la naturaleza y la pasión. En este poema “Son de Negros en Cuba” Lorca captura la esencia de la música y la cultura cubana, con imágenes vividas y un lenguaje poético.
El viaje a Cuba fue un momento crucial para Lorca, donde encontró un lugar donde se sintió libre. Lorca escribió solo dos cartas a sus padres durante su estancia en Cuba, y les dijo que si se perdía, lo buscaran en esa isla.
Lorca desarrolló su teoría del "duende" en Cuba, influenciado por la música, la danza y la poesía cubana. El "duende" es un concepto clave en la obra de Lorca, que se refiere a un estado de pasión, misterio y fuerza vital. Lorca creía que el "duende" se encontraba en la música, la danza y la poesía cubana, así como en otras manifestaciones artísticas.
Lorca también encontró el "duende" en el jazz y el flamenco, géneros musicales que comparten su origen misterioso y su carácter sincrético. Muy importante porque este trio de géneros musicales puros (flamenco, jazz y son) mezclados es lo que origina el flamenco jazz.
Lorca se sintió muy feliz en Cuba, y la consideraba un lugar especial, se sintió atraído por la fusión de la sensualidad y la naturaleza en Cuba. También se interesó por el mundo onírico y lo primitivo, el instinto y la pasión, y lo terrenal, lo mortal y lo demoníaco. Eran tiempos del dictador Gerardo Machado y Cuba vivía entre la violencia y la represión política, pero igual convivio con el negro y su rica cultura folklórica.
Se asegura que los noventa y ocho días que Lorca estuvo en Cuba, fue el tiempo más feliz de su vida, incluso dio lugar al libro del escritor Víctor Ámela Indaga “Si Yo Me Pierdo”, el poeta decía a sus padres en las dos misivas que le envió durante su estancia en la mayor de Las Antillas: “Si yo me pierdo, me buscan en la Isla”.
Federico estuvo profundamente influenciado por la música cubana, en particular por el son afrocubano. Su estancia en Cuba tuvo un profundo impacto en su escritura y expresión artística, como se evidencia en sus poemas y obras de teatro.
El poema de Lorca "Son de negros en Cuba" explora el son y su significado en la cultura cubana, influenciado por su amistad con el antropólogo Fernando Ortiz, quien consideraba la hibridez como un elemento fundamental de la identidad cubana poscolonial. Es decir que por 1930 ya no solo se habla de las mezclas musicales, sino que se ensayaba, se daban los primeros toques de rumba flamenca, más adelante se agregaría a dicha fusión el jazz.
Las obras de Lorca, como "La zapatera prodigiosa" y "El poema del café cantante", incorporan música, en particular flamenco y ritmos afrocubanos, como partes integrales de su estructura.
Lorca poseía un profundo conocimiento de la música, en particular del folclore español y el flamenco, y solía interpretar sus propios arreglos y selecciones musicales con el grupo de teatro universitario La Barraca.
El concepto de "duende" de Lorca, un término que describe la pasión e intensidad de la expresión artística, está estrechamente vinculado a la música que admiraba, especialmente el flamenco, el jazz y el son
Paco de Lucía tenía tan solo dieciocho años cuando grabó el álbum “12 Canciones de García Lorca para guitarra” junto al cantaor Ricardo Montenegro. En él, realiza los arreglos e interpreta canciones recopiladas en la década de 1920 por Federico García Lorca, dejando sus primeras huellas en un camino que lo convertiría en uno de los grandes creadores e intérpretes del flamenco y del flamenco jazz.
La palabra fusión es ya casi contraria a traición, la fusión puede ser el principio de algo nuevo.
Lorca no solo era un artista, sino también un investigador de la música popular y las canciones tradicionales, lo que le permitió comprender mejor la cultura española, norteamericana y latinoamericana.
La incorporación de los intérpretes de los variados instrumentos musicales al flamenco: cajón, piano, saxo, trompeta. Más recientemente el arpa es lo que le ha dado más vitalidad al flamenco jazz. También los intentos de manifestar el flamenco jazz en Japón, lo que sin duda constituye un orgullo y satisfacción del alcance y gusto que existe por el flamenco jazz en todo el mundo.
Un falso tópico afirma que lo jondo es tradicionalista por naturaleza. Pero la propia historia de esta música demuestra que la experimentación, la heterodoxia y la transgresión forman parte de su ADN desde el principio.
Hoy no son desconocidas o, todavía, mal conocidas las conexiones entre el flamenco y el jazz, el jazz y su ritmo y el flamenco y su grito estremecido. Es posible que el flamenco llegue más lejos en su fraseado y el jazz este hoy más depurado, con un ritmo más firme. También existe la fusión y la confusión de los lenguajes y sus músicas, las músicas y los lenguajes.
https://youtu.be/d1ROPRr5MBw?si=lnq2p9u2S2f-y8Z9
https://youtu.be/T6YggkbZ1Rs?si=oBFYm7CP4bdmJ7yv
https://youtu.be/0jSDJQ1b3NA?si=HgyXzYO_ad2nk2pb
Sí, es posible fusionar el flamenco, el jazz y la música caribeña, y de hecho, existen muchos ejemplos de ello, como el trabajo de Paco de Lucia, "Caramelo de Cuba" y la colaboración de Bebo Valdés con el flamenco (Diego El Cigala), Jerry González, Chano Domínguez, Estrella Morente, Jorge Pardo, Enrique ‘Enriquito’ Rodriguez, Chico Pérez, Marc Miralta, Patax, Pere Soto, Sandra Carrasco, Martirio, Antonio Lizana, Raynald Colom, Dorantes, Diego Amador, Tino di Geraldo, Rubem Dantas, Tomatito, Michel Camilo, Carlos Barea, Alex Conde, Ana Crisman, Zenet, Mark Towns y más, el flamenco jazz continua cosechando excelentes frutos.
Riqueza Rítmica: La música cubana aporta ritmos complejos y polirrítmicos, mientras que el jazz añade improvisación y armonías complejas. 12
Expresividad Flamenca: El flamenco aporta la intensidad vocal y la danza, que se complementan con la energía de la música cubana.
https://youtu.be/508SobIJbDs?si=Yz4m3FJaCsuhD-JX
https://youtu.be/WhCk-xW7Ck0?si=D_8onU20ifAjT_Jn
https://youtu.be/ghL-XBZQc0o?si=1vZlouoXvcgJiuy1
Sonido Único: La combinación de estos elementos crea un sonido original y emocionante.
Por supuesto todo esto tiene un inicio y un camino recorrido que se ha extendido, que también lego el extraordinario poeta y dramaturgo Federico García Lorca por su trabajo constante, estudios, viajes y gusto musical que influencio determinantemente en sus seguidores, y a las nuevas generaciones, que hallaron en las mezclas de estos géneros musicales un nuevo arte, ya consolidado: el arte del flamenco jazz.
Viva The Latin Jazz!!
www.jazzcaribe.blogspot.com
jazzcaribe2001@yahoo.com
Note: In celebration of the holiday season, the ebook price of the successful “The Bible of Latin Jazz” by musicologist and educator Luis Raul Montell, will be promoted starting next week at a special offer price.
No hay comentarios:
Publicar un comentario